domingo, 12 de junio de 2011

Visto en el blogde la Escuela de Coaching Integrativo®

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lunes 28 de marzo de 2011

LOS INTERMEDIARIOS, EL PODER Y EL COACHING



Podemos considerar los vicios o patologías fundamentales que afectan a la sociedad patriarcal: el autoritarismo, reflejo colectivo del miedo; el conformismo, eco colectivo de lo que es la inercia psicoespiritual en el individuo, y el espíritu mercantil, que podemos entender como complicación social de la mercantilización o prostitución de la vida, que a su vez es parte de la vanidad.

C. Naranjo





En la sociedad en la que vivimos, necesitamos muchos intermediarios; desde que nacemos hasta que morimos estamos rodeados de intermediarios: para nacer, para hablar con Dios, para casarnos, para hacer una casa, para comprar pan, para comer, para beber agua, para educar a nuestros hijos, para tener una mascota, para gobernarnos, para viajar..., ¡hasta para morir!

Actualmente, la capacidad de poder del ser humano es muy limitada. A medida que la sociedad se va haciendo más compleja, van creciendo los intermediarios, así tenemos políticos, policías, militares, burócratas…; empresas que deciden lo que opinamos, lo que compramos, cómo vivimos y cómo morimos; también tenemos médicos que nos dicen cuándo nos sentimos bien y cuando nos sentimos mal y qué pastilla hemos de tomarnos para estar bien; religiones que nos dicen cómo ha de ser nuestra relación con Dios, e incluso nos dicen cómo es ese Dios.

Los intermediarios son una consecuencia de la sociedad patriarcal aunque no proliferan tanto en sociedades más pequeñas y horizontales. En estos casos, los recursos son más accesibles, las decisiones se toman de forma más consensuada y la conexión con la tierra es más evidente.

Hay intermediarios que te hacen sentir poderoso y otros que te hacen sentir dependiente. Un buen médico te ayudará a que te relaciones mejor con tu cuerpo, para ir al médico con menor frecuencia. Un buen político velará porque la conciencia del pueblo crezca, y exija menos gobernantes, aunque más responsables, honestos y eficientes. Un buen burócrata hará lo posible para que la burocracia disminuya y un buen policía anhelará que disminuyan las necesidades de un cuerpo policial. Un buen maestro mostrará el camino a su alumno, de forma que éste lo pueda seguir solo y no lo necesite más. La paradoja de muchos intermediarios es que, si fueran coherentes consigo mismos, habrían de velar por hacerse prescindibles en la vida de sus clientes.

El coach también es un intermediario y por tanto, su misión es hacer más consciente e independiente a su cliente.

Antonio Diaz Deus. Marzo 2011

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